Por fin, después de todos los problemas de la pandemia llega el momento que todos estábamos esperando, el próximo 2 de noviembre nos trasladamos al COFOIL “JuanAgudo Valtierra”. Después de 36 años en La Toca contando historias, espero estar allí por lo menos 14 años más y así cumplir mi 50 aniversario en APANID.
Desde mi llegada a Apanid en 1985 han sido muchos los
profesionales con los que he estado. De los del principio todavía están Mª
Ángeles, Javier G y, recientemente se ha jubilado Bienvenida. Mi primer monitor
fue Paco P., ya fallecido. De esa época recuerdo que mi primera gratificación
fueron 1500ptas. Entonces no teníamos agua corriente y venían con un camión que
llenaba una cuba que estaba en lo que hoy es el servicio de las chicas. Tampoco
teníamos calefacción y nos calentábamos con una estufa de carbón. El taller era
toda una nave, no había salas ni despachos, los espacios se separaban por
muebles de madera. A un lado estaba el taller de pintura, donde estaban las
máquinas para hacer las horquillas de los llaveros, en el centro lo que sería
la Toca y al otro lado estaban las máquinas de rebarbado. En el almacén actual
estaba el taller de carpintería. En la planta de arriba los espacios también se
dividían con muebles de madera, teníamos la biblioteca y Manolo y yo nos encargábamos
de ella. Al final del pasillo estaba la caldera para calentarnos. La comida
entonces se cocinaba aquí, Guadalupe trabajaba en la cocina. En esa época los
chicos no podíamos sentarnos con las chicas, José Luis el monitor que había no
nos dejaba. Las puertas del centro estaban abiertas y a la hora del bocadillo
nos íbamos al bar de Jose con los monitores. En algunos ratos libres salíamos
detrás (ahora hay un almacén de chinos) y jugábamos al fútbol. Después ya me quedé en
el puesto de conserje.
Las
ocupaciones también han cambiado con el paso de los años. Entonces hacíamos el
montaje de carpetas, cortar cables y soldarlos con estaño. Hicimos mascarillas de oxígeno para
hospitales, bolas de espejos para discotecas y con jeringuillas pintábamos las
metopas de madera para la Guardia Civil. También los rodillos de las máquinas
tragaperras, burletes para los bajos de las puertas.
Quiero aprovechar este momento para
agradecer todo el tiempo que hemos compartido durante estos años, tanto a
profesionales como a mis compañeros.
Autor: Juan G.